
Mtro. Erick Eugenio Sánchez Romero
El mito del abogado
“La mayor perfección del hombre es cumplir el deber por el deber.» Emmanuel Kant.
¿Has sentido temor o miedo cuando algún abogado se pone en contacto contigo?
Para comenzar, es necesario comprender el estado en el que nos encontramos, primero, toda sociedad se rige por reglas que los miembros deben de seguir para funcionar correctamente en armonía y disminuir las controversias en la medida de lo posible. En México, todos estamos sujetos a la Constitución Política como la máxima de las normas y a las demás leyes que derivan de ella, que son en su totalidad las normas, leyes secundarias y demás, por lo que de no cumplir con lo establecido en el texto incurriríamos en una falta grave y provocaríamos cierto daño en nuestra sociedad.
Debido a la evolución de las sociedades es que el ser humano ha tenido que adaptarse a los cambios y a acomodar sus habilidades de la forma correcta, así como han surgido los médicos, ingenieros y demás profesiones, los abogados no son la excepción, por lo que un abogado es un profesional y conocedor de las leyes, normas, decretos y demás acuerdos oficiales publicados por las autoridades, por lo que son el concepto adecuado para resolver cualquier problema al que nos podamos enfrentar.
Es así como se ha creado la mala costumbre e idea de que cuando somos contactados o tenemos que convivir con un abogado la gente demuestra determinadas actitudes negativas como de miedo, aprehensión, ansiedad y demás, a lo que no los culpamos ya que nos han hecho creer que solo aparecen en los peores momentos.
Es evidente que no es igual que se presente en la puerta de nuestra casa un arquitecto a un abogado, al primero no le tendremos ningún tipo de cuidado porque sabemos que probablemente esté para hacer entrega de algún documento relacionado con un trabajo del cual ya tenemos conocimiento, a diferencia del segundo porque la mayor parte de las veces se presenta con noticias negativas que pueden ser de cualquier índole, por lo que es más común mostrar cierto “miedo” y ponernos en una postura defensiva con el famosas negativas como “no se encuentra” o “no vive aquí”.
Entre los errores más comunes, está la mala praxis, en la que se ha generado el estereotipo de que un abogado se aprovecha del cliente al siempre tener un choque de ideas, como es el clásico “el cliente siempre tiene la razón”, para aquellos que creen en esto, lamentamos informarles que no es así, es obligación del abogado dialogar, explicar y asesorar al cliente en todo momento porque ese es el servicio que está contratando, por tanto no debemos permitir que por ciertas costumbres y malas ideologías se cometa algún error irreparable.
Nosotros acabar con estos estereotipos, la abogacía puede tener tanto alcance como uno quiera y se proponga, por lo que nosotros percibimos a los abogados como gente que solo aparece cuando hay problemas, nos consideramos también como un medio para dialogar, entender y atender correctamente a cada persona para prevenir futuros problemas, algo que muy pocos han ido implementando pero ya va siendo hora de cambiar con todos esos ideales.
La razón por la cual tenemos ese novedoso concepto, es debido a que un buen despacho jurídico titular de tu empresa o de tus asuntos personales cuenta con todos los elementos necesarios para informarte a cerca de lo que te corresponde por tal carácter, asesorarte y guíarte en todos los actos que sea necesario, viendo más allá de una persona que solo aparece cuando las cosas se ponen difíciles sino como una parte fundamental de nuestras actividades cotidianas, asegurando nuestro patrimonio, integridad y desarrollo ideal en el medio en que nos desempeñamos.